El río como barrera de especies: estudian la diferenciación genética en aves del Paraná y el Paraguay
Una hipótesis clásica de la biología fue puesta a prueba con técnicas genómicas en un trabajo encabezado por una investigadora del CONICET. El artículo plantea nuevas perspectivas acerca de los procesos evolutivos y fue destacado en la portada de la revista Molecular Ecology.
Una hipótesis clásica de la biología evolutiva, planteada por Albert Wallace en el Siglo XIX, sostiene que los ríos podrían actuar como barreras para la dispersión de los individuos y serían la causa de que se observen diferencias entre las poblaciones que se encuentran en cada uno de los márgenes, pudiendo con el tiempo dar lugar a la formación de nuevas especies. Esta teoría fue ampliamente estudiada en la cuenca del río Amazonas —donde fue postulada originalmente por el naturalista inglés—, pero existen pocos análisis en otros sistemas fluviales.
Por primera vez, investigadoras e investigadores del CONICET y de la Universidad de Cornell de Estados Unidos, pusieron a prueba esta hipótesis en el eje conformado por los ríos Paraná y Paraguay, utilizando técnicas genómicas para analizar las diferencias en siete especies de aves. Los resultados mostraron que la diferenciación genética coincide con el río en sólo una de ellas, mientras que en las demás, las divergencias son dispares.
El estudio, liderado por investigadores del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE) y del que participaron ornitólogos del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACNBR, CONICET), fue publicado la semana pasada en la revista Molecular Ecology y destacado en una nota de tapa, con comentarios de otros expertos. Las conclusiones de esta investigación aportan nuevas ideas acerca de los procesos evolutivos de las aves neotropicales.
“En este trabajo usamos datos genómicos para poner a prueba la hipótesis de Wallace en la mayor cuenca subtropical del Neotrópico y podemos decir que nuestros resultados apoyan parcialmente el efecto del eje de los Ríos Paraná-Paraguay como barrera ribereña. No observamos que el sistema fluvial actúe como una barrera geográfica absoluta, pero sí que ha moldeado de diferentes maneras la distribución y la estructura de la población de algunas especies de aves”, explica la primera autora del trabajo, la investigadora asistente del CONICET en el CECOAL, Cecilia Kopuchian.
En esta investigación, los ornitólogos evaluaron el grado de diferenciación genómica mitocondrial y nuclear en siete especies de aves con supuesta diferenciación morfológica coincidente con el sistema fluvial Paraná-Paraguay. Analizaron datos del carpintero real (Colaptes melanochloros), el chinchero chico (Lepidocolaptes angustirostris), la choca común (Thamnophilus caerulescens), el juan chiviro (Cyclarhis gujanensis), el celestino (Thraupis sayaca), el brasita de fuego (Coryphospingus cucullatus) y la reinamora grande (Cyanocompsa brissonii).
“Nos inspiramos en un estudio clásico de la avifauna del Chaco Sudamericano publicado por Lester Short en 1975, donde el autor señalaba al río Paraná-Paraguay como posible barrera para numerosas especies de aves de la región”, comenta el investigador adjunto del CONICET y director del Laboratorio de Biología de la Conservación del CECOAL, Adrián Di Giacomo.
Sólo en una de las especies, la choca común, el contacto entre las poblaciones coincide exactamente con la ubicación de la barrera fluvial. Una de las hipótesis alternativas planteadas por los investigadores consiste en que la disparidad en la divergencia y las historias demográficas observadas en las otras seis especies tiene que ver con los paleocauces. “El río tuvo distintos cauces a lo largo de la historia en la zona en la que hoy se encuentran los Esteros del Iberá y eso pudo haber influido en la distribución de las poblaciones de algunas especies”, señala Kopuchian.
La otra posible explicación tiene que ver con las ecorregiones. En la mayoría de los casos, las zonas de contacto coincidieron con la transición entre el Espinal y el Chaco —que coincide con la ubicación de los paleocauces— o las Pampas.
En las conclusiones del trabajo, los autores indican que el río podría haber influido directamente, como una barrera semipermeable tanto en el presente como en el pasado, o indirectamente, promoviendo el establecimiento de diferentes ecorregiones en sus márgenes. “Esta es una diferencia respecto a los resultados que se observaron en los estudios realizados en el Amazonas. Es un patrón que revela la complejidad que existe en esta zona, por ejemplo, en sistemas como el de los Esteros del Iberá”, advierte Kopuchian.
Este estudio, resaltan los investigadores, muestra el efecto de barrera para un río Neotropical fuera de la cuenca del Amazonas. Además, destacan la necesidad de explorar el papel de la ecología y de los atributos biológicos en la diversificación de otras especies.
Por Cecilia Fernández Castañón – CCT Nordeste
Fuente: CONICET
Fotografìas:
- La hipótesis clásica de las barreras ribereñas fue puesta a prueba en el Paraná con técnicas genómicas. Foto: Leopoldo Bayol.
- La reinamora grande (Cyanocompsa brissonii), mostró discordancia entre los distintos tipos de datos analizados. Crédito: © Hugo Hulsberg / Macaulay Library ML86497231
- El celestino (Thraupis sayaca), otra de las especies analizadas en este estudio. Crédito: © Michael Henry / Macaulay Library ML173585741.
- Juan chiviro (Cyclarhis gujanensis), la zona de contacto entre las poblaciones se encuentra al este del eje de los Ríos Paraná-Paraguay. Crédito: © Amed Hernández / Macaulay Library ML166388281.
- El brasita de fuego (C. cucullatus), la única especie analizada cuya separación entre poblaciones mostró débil asociación con el eje R. Paraná-Paraguay. Crédito: © Steve Walker /Macaulay Library ML65840571.